Todo comenzó, hará un año (jeje en la pintozzeria y parecía un poco tocado), con una propuesta de un colega bombero, Iñigo Fernandez de Liger, para que hicieramos una visita al parque de Bomberos con los críos.
Finalmente y después de superar duros escollos en el seno de la cuadri nos animamos a poner fecha para la visita. Evidentemente si había visita tenía que haber comida y celebración en la soci, de nuevo y tras un duro debate sobre el menú conseguimos acordar uno.
Así, y con todo atado, el sábado 26 de noviembre a las 11:30 nos presentamos en el parque de bomberos. A Iñigo le preparamos un delicioso rosco por la invitación, y allí estaba el tío puntual. Se puso bastante contento por el rosco, pero ya se le cambió un poco la cara cuando vió a los 10 críos que se presentaron con otros 9 mayores.
Nos empezó enseñando el camión de bomberos, los que estaban preparados para salir si había llamada. Nos enseñó la equipación de los camiones y nos enseñó una cámara provista de un sensor térmico que permitía «ver» la situación de otra manera cuando las condiciones eran malas.
Luego, con un camión que tenían de sustitución nos dió una vuelta por el parque a toda hostia y con sirena y todo. Vaya viaje!!
A continuación nos enseñó más equipación de los camiones, que eran los cortadores que tenían, con una explicación sencilla pero precisa sobre quién era Pascal y qué había inventado ya que era el principio que se aplicaba a los «cortachapas» que tenían. Cortó una barra de acero sin despeinarse.
Luego nos enseñó la equipación de cada uno de los bomberos, botas, casco, chaquetas, bombonas, etc. Toda una equipación que tenían que llevar y que pesaba nada menos que unos 30 kilos. Hicimos unas pruebas con las bombonas de oxígeno y alguna tuvo que trasladar a un «herido» con toda la equipación puesta.
En ese lugar tenían un avispero de las avispas asiáticas que nos dijo que eran un verdadero peligro. Y que justo recibieron una llamada para una salida en la que a un hombre le había picado una avispa asiática por la zona de Aramaiona.
Llegó el momento más esperado: las mangueras de agua! Colocó una manguera pequeña para los críos que tenía una presión justa para su peso y notarón cómo esa fuerza de la presión les echaba para atrás, ah! y muy chula la columna de agua. Para los mayores colocó una manguera mucho mayor con una boca bien grande que lanzaba agua a unos 30-40 metros esa sí que tenía caña, los arrastró a todos hasta a nuestro gran fortachon Alberto.
Por último nos enseñó el camión de bomberos antiguo que tienen, a los críos les sacó unos cascos y sesión de fotos.
Cuando ibamos hacia la salida los críos le pidieron que se tirara por la barra, así lo hizo, todo un profesional! y todos contentos para casa.
La verdad es que lo que pensabamos que iba a ser algo corto se convirtió en una visita detallada de todo el parque de bomberos, Iñigo se enrolló de tal manera que nos enseñó todo el parque con tal detalle que fué una gozada. al final más de 2h de visita, eskerrik asko Iñigo.
A la salida todos con hambre a la soci a comer lo que un par de días antes Joseba, Cristina y yo habíamos preparado, una exquisita lasaña.
La acompañamos de unos entrantes, y de un postre que hizo Esti y que estaba para chuparse los dedos. Cafelito, copa y a tomar unos potes.
Hasta la próxima comandante!.
HEGOALDEKOAK 